Las enfermeras somos garantes del cuidado de la población, de forma general y de forma particular por ámbitos de actuación. En esta ocasión se pone encima de la mesa la enfermera escolar y con ella la importancia de los cuidados en la etapa infantil y adolescente.
En junio de este año se acordó un proyecto de orden conjunta entre la Consejería de Sanidad y Educación de la Comunidad de Madridpara garantizar los cuidados en dichas etapas. Sin embargo, en el artículo 129 se pretende que las profesionales de enfermería escolar se encuentren en centros educativos donde existan niñas y niños con necesidades sanitarias de carácter programado y continuado, pero… ¿qué niño o niña, adolescente, no precisa de atenderle en sus necesidades de forma continuada?
De tal forma que, este proyecto de orden no contemplaría que todos los centros de la dicha autonomía tengan enfermera escolar, lo que podría afectar a la equidad de oportunidades en la infancia.
La atención a la patología concreta que expone el proyecto es, seguramente, una pequeña parte de la labor de estas enfermeras
Pero ¿por qué este reclamo?
Reconocemos a los niños y niñas, e incluso al adolescente, es una persona más vulnerable al no presentar el desarrollo de sus capacidades de cuidado de forma completa e integrada. Por otra parte, esa etapa se caracteriza por ser de continuo e intenso aprendizaje y en la que los hábitos de vida se van a instaurar y, por tanto, el aprendizaje y comprensión de sus cuidados es crucial para obtener competencias para la adaptación de los acontecimientos/situaciones vitales.
Así la enfermera escolar presenta una labor conocida dirigido a aquellos niños y niñas aún más vulnerables ligado a sus problemas de salud y/o con necesidades especiales, pero en suma presenta un campo de actuación muy amplio y de gran repercusión para el futuro social.
En adicción, la labor de las enfermeras escolar incluye a las familias de las niñas y niños de los centros educativos, cada vez más diversas y con necesidades distintas, y profesores/tutores donde también han de presentar una seguridad y apoyo en hábitos de cuidados y actuaciones en salud.
Esta demanda de atención en salud presenta avales o evidencias de satisfacción y de reclamo social por parte de estudios. Centrándonos en la Comunidad de Madrid.Un estudio de 2017muestra el reclamo de la figura de la enfermera escolar por parte de las familias, la necesidad de su presencia. Así como la satisfacción de los padres y madres.
Ante este marco, hemos querido plasmar nuestra apuesta por la existencia de una enfermera escolar en cada centro educativo público para el apoyo a los cuidados y a la salud de los niños y niñas desde los 3 años. Así como que se implante de forma definitiva esta figura, apoyando su desarrollo tan necesaria para el futuro de la sociedad, para la salud de todos.
Esperemos que con la mayor prontitud, se realice la implantación y desarrollo de la enfermera escolar en cada centro educativo públicos de educación obligatoria desde los 3 años de edad por ser una figura fundamental para la adquisición de cuidados de promoción de la salud, de prevención de problemas, la asistencia eficiente de problemas ya detectados, siendo un actor de relevancia para la relación entre el ámbito de educación y sanidad.
La fuerza en la salud se forma en la enseñanza en la comunidad y apostamos por crecer en el fomento de cuidados de la comunidad para una equidad social.
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